Entre las manifestaciones más populares del Turismo de Negocio se encuentran las siguientes:
● Convenciones de negocios: en las cuales se reúne a parte del personal de una entidad en una región turística emblemática y se combinan actividades de formación, de comunicación institucional y actividades recreativas.
● Congresos: en las que se combinan intereses académicos o técnicos y reúnen a interesados en dicha temática. Incluyen mayormente actividades de formación, información y mesas de trabajo. Se incluye como actividad turística porque promueve a la estructura turística tradicional de la región en el que se realiza.
● Team Building: Es una actividad participativa en la cual se involucra a un equipo de trabajo con una agenda equilibrada de entretenimiento y trabajo, en la cual se persigue lograr mejores resultados en su desempeño a partir de desarrollar habilidades grupales como liderazgo, competitividad, comunicación y cooperación entre otros. Se suele acompañar de un retiro a una región turística y actividades recreativas típicas del lugar.
Todas estas actividades son excelentes alternativas que deberían estar en la agenda de las empresas como parte de su desarrollo profesional y tecnológico. Pero existe otra modalidad menos común en la cual el destino turístico es la propia empresa.
Una vía para difundir información institucional, operacional y comercial entre los relacionados estratégicos como proveedores, aliados, entes reguladores, clientes y accionistas, e incluso al público en general y el consumidor, es el Turismo Corporativo.
En esta modalidad se le da acceso a las instalaciones de la empresa a un grupo de personas que puede llegar hasta unas 30 personas para que conozcan aspectos destacados del proceso productivo, los productos y hasta de la propia gestión en un recorrido en el cual un guía o moderador se encargará de orientar a los asistentes relatando los aspectos de interés de cada etapa. La ganancia es el compromiso de los participantes con la empresa y sus productos, y en algunos casos, hasta la venta de material POP y productos.
¿Qué hacer si es de nuestro interés incorporar esta actividad a nuestra gama de servicios?
El primer paso es un diagnóstico de las potencialidades y objetivos de una actividad turística de este tipo. Siguiendo con el diseño de una estrategia que incluye logística externa e interna, componentes sociales, componentes técnicos y estrategia comunicacional. Los aspectos de seguridad física y secreto industrial deben ser altamente controlados. Y el acceso personas, equipos, procesos, lugares y materiales emblemáticos de la empresa son indispensables.
La duración del recorrido dependerá de la magnitud de la empresa, pero normalmente no dura más de unas cinco horas, e incluye desayuno o almuerzo. Siendo los momentos de apertura y cierre de especial cuidado.
No es necesario convertirse en un parque temático al estilo Disney, pero sí es clave hacerlo reconociendo la importancia de la técnica, la disciplina y la calidad de la actividad. Anímate que tu empresa también es turística.
Lcdo. José Mendoza – Director en IPF Aslan