En América Latina contamos con infinidad de recursos de todo tipo, a partir de los cuales cualquiera de nuestros países pudiera ser una potencia mundial. Bien sea en turismo o en alimentos. Tal vez en derivados minerales o en cultura solo por mencionar algunas áreas.
Sin embargo, los esfuerzos para generar de estos recursos el mayor beneficio son limitados, y no responden al bienestar integral de la sociedad sino a los intereses de pocos.
Solemos admirar las ventajas de las grandes potencias como Japón, Canadá o Alemania, y se nos dificulta reconocer la fuente de su éxito perdurable, más allá de los éxitos circunstanciales que han tenido. Creemos equivocadamente que hay factores fuera de nuestro alcance por los cuales difícilmente lograremos los niveles de desarrollo y calidad de vida que estos países han logrado.
¿Qué falta para que esto cambie?
Existe una fórmula básica para comprender de dónde se obtiene el beneficio:
Valor del Producto – Costos Materiales = Valor Agregado
El Valor Agregado entonces se compone de aquellos esfuerzos inmateriales cuyo nivel de agotamiento es menor y su vigencia más larga como lo son: El valor del trabajo del hombre, las licencias y patentes, la calidad y exclusividad del producto, entre otros.
Mientras más Valor Agregado incorporemos a lo que hacemos, mayor será la retribución integral por nuestro esfuerzo productivo.
¿De dónde se obtiene el Valor Agregado?
Si adicionamos más y más mano de obra a un producto, sin evolucionar el beneficio que aportará al consumidor, en lugar de generar Valor Agregado, estaremos adicionando simplemente costos.
De manera que el Valor Agregado no depende únicamente de la suma de recursos inmateriales, sino de una muy inteligente selección y asignación de estos junto con la validación de que su aplicación generará efectos significativamente positivos y tangibles que el cliente recibirá finalmente.
Esto se logra exclusivamente con Tecnología, siendo ésta la aplicación práctica del conocimiento para efectos de lograr más y mejores resultados con una mínima aplicación marginal o incluso disminución de recursos materiales utilizados para su obtención.
La Tecnología es un concepto muy amplio, por lo que se dificulta tanto su comprensión real que terminamos simplificando excesivamente su sentido y llegamos a creer que adquirir el último modelo de teléfono móvil es una acción de mejora tecnológica per se.
Es necesario profundizar en el conocimiento del significado de la Tecnología, sus componentes y las formas como podemos incorporarlas en nuestros productos y servicios para generar con ellos mayor Valor Agregado, y el mayor beneficio para nuestra sociedad latinoamericana.
Lcdo. José Mendoza / Director de IPF Aslan.